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conseguido hab�an sido las fotograf�as y un montón de formularios de financiación electoral. No descubr�a nada
y, a decir verdad, �por qu� preocuparse? Ella estaba a punto de cont�rselo todo.
Hojeó el Post y vio el extra�o art�culo sobre cierto Gavin Verheek y su aniquilación. Sonó el tel�fono. Era
Darby.
�Ha visto el Post? preguntó.
�Ha olvidado que escribo en dicho periódico?
El art�culo sobre el abogado del FBI, asesinado en Nueva Orleans, �lo ha visto? dijo, directo al grano.
Lo estoy leyendo. �Tiene algo que ver con usted?
J�zguelo por s� mismo. Esc�cheme, Grantham. Callahan le entregó el informe a Verheek, que era su mejor
amigo. El viernes Verheek vino a Nueva Orleans, para asistir al funeral. Habl� con �l por tel�fono durante el fin
de semana. �l quer�a ayudarme, pero yo ten�a miedo. Quedamos en vernos ayer al mediod�a. Verheek fue
asesinado en su habitación, alrededor de las once de la noche del domingo. �Ha tomado nota?
S�, lo tengo todo.
Verheek no se presentó a la cita. Evidentemente, para entonces estaba muerto. Yo me asust� y sal� de la
ciudad. Ahora estoy en Nueva York.
Bien dijo Grantham, que no dejaba de tomar apuntes �Qui�n mató a Verheek?
No lo s�. Aqu� no acaba la historia. He le�do el Post y el New York Times palabra por palabra, y no he
visto nada sobre otro asesinato cometido en Nueva Orleans. La v�ctima fue un hombre con el que estaba
hablando y a quien hab�a tomado por Verheek. Ser�a largo de explicar.
Eso parece. �Cu�ndo piensa cont�rmelo?
�Cu�ndo puede venir a Nueva York?
Puedo estar all� a las doce del mediod�a.
Eso es un poco r�pido. Organic�moslo para ma�ana. Le llamar� a la misma hora para darle instrucciones.
Debe ir con cuidado, Grantham.
Ll�meme Gray, �de acuerdo? No. Grantham dijo, mientras admiraba los vaqueros y la sonrisa del tablón.
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Como quiera. Hay gente muy poderosa asustada por lo que s�. Si se lo cuento, puede costarle la vida. He
visto los cad�veres, Gray. He o�do las bombas y los tiros. Ayer vi cómo a un hombre le volaban los sesos, y no
tengo ni idea de qui�n era ni de por qu� le asesinaron, sólo s� que estaba al corriente del informe pel�cano. Cre�
que era amigo m�o. Puse mi vida en sus manos y le pegaron un tiro en la cabeza, delante de cincuenta personas.
Al verle morir, comprend� que tal vez no era mi amigo. Al leer el periódico esta ma�ana, me he percatado de que
definitivamente no lo era.
�Qui�n lo mató?
Hablaremos de ello cuando est� aqu�.
De acuerdo, Darby.
Hay una peque�a cuestión que quiero aclarar. Le contar� todo lo que s�, pero no quiero que jam�s utilice
mi nombre. Ya he escrito lo suficiente para lograr que murieran por lo menos tres personas y tengo la seguridad
de que yo ser� la próxima. Pero no deseo crear m�s problemas. Permanecer� en todo momento sin identificar,
�de acuerdo, Gray?
Trato hecho.
Estoy depositando mucha confianza en usted y no estoy segura de por qu� lo hago. Si en alg�n momento
tengo cualquier duda, desaparecer�.
Tiene mi palabra, Darby. Se lo juro.
Creo que comete un error. �sta no es una de sus investigaciones habituales. Puede costarle la vida.
�En manos de la misma gente que asesinó a Rosenberg y Jensen?
S�.
�Sabe qui�n lo hizo?
S� qui�n pagó para que lo hicieran. Conozco su nombre.
Su negocio. Su pol�tica.
�Y me lo contar� ma�ana?
Si sigo viva.
Se hizo una larga pausa, mientras ambos pensaban en algo apropiado que decir.
Tal vez deber�amos hablar ahora mismo dijo Grantham.
Tal vez. Pero le llamar� por la ma�ana.
Grantham colgó el tel�fono y admiró moment�neamente la fotograf�a ligeramente borrosa de aquella
hermosa estudiante, que estaba convencida de que estaba a punto de morir. Durante unos instantes, sucumbió a
la idea del caballerismo, la galanter�a y el rescate. Ten�a poco m�s de veinte a�os, a juzgar por la foto de
Callahan le gustaban los hombres maduros y de pronto confiaba exclusivamente en �l. Lograr�a que funcionara.
Y la proteger�a.
Los coches oficiales sal�an discretamente de la ciudad. Deb�a pronunciar un discurso en College Park dentro
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